En muchas ocasiones, los neófitos asocian el concepto de Inteligencia Artificial al de robot y viceversa. Aún estando ambos campos estrechamente relacionados, conviene clarificar sus ámbitos de actuación y las relaciones entre ámbos.
No resulta extraña la confusión, máxime teniendo en cuenta que es habitual encontrar en la Red el término "bot" asociado a algún tipo de software que rige procesos de carácter reiterativo, especialmente en las redes sociales. Este software suele estar desarrollado en base a Inteligencia Artificial básica, lo cuál le permite cierto nivel de "inteligencia" para poder discernir, filtrar, opinar e incluso conversar, pero también podría estar apoyado en "Inteligencia Natural" o humana o en una combinación de ambos.
Por ello, podría llegar a denominarse "bot", según este criterio, cualquier aplicación de software independientemente de cuál sea su origen. Pero no deberíamos confundirlo con el término robot.
Los robots se han asociado desde su origen a tareas de tipo mecánico de carácter reiterativo, soportados por un software. La diferencia con los robots actuales es que tanto el mecanismo como el software estaba creado por la inteligencia humana ("Inteligencia Natural (IN)"), mientras que actualmente a los robots se le ha añadido cierto nivel de "Inteligencia Artificial (IA)". El aporte de la IA al diseño del robot, es decir, el grado en el que interviene, es muy variable y actúa siempre en combinación con la IN.
Ejemplos de las aportaciones de la IA a los robots son el reconocimiento de objetos, el reconocimiento de voz, capacidades conversacionales, simulación de emociones, previsión de situaciones ...
En realidad, el aporte de la IA a la Robótica puede ser tan enorme como el avance que vaya experimentando (nunca mejor dicho) la propia IA. Luego los riesgos implícitos son los mismos que puede sufrir la propia IA, que en última instancia no son otros que el propio sistema tome control del robot, con las correspondientes consecuencias cuándo estamos hablando de un sistema "inteligente" que dispone de un soporte mecánico (y que probablemente pudiera llegar a ser biológico o mixto, a saber, en un futuro más o menos próximo).
Pero en el momento actual, siempre y cuándo los robots estén controlados por la inteligencia humana (y por tanto la Inteligencia Artificial esté subordinada a nuestro servicio y no al revés), las ventajas que van a suponer para nuestra vida diaria son enormes y se van a ir viendo y viviendo durante los próximos años.
Quizás los robots más útiles que podemos encontrar actualmente son los robots móviles terrestres. Los coches y elementos de transporte en general son los más conocidos, pero aún precisan de algunos años para perfeccionarse hasta el punto de convertirse en una opción real, debido fundamentalmente tanto a problemas de seguridad como incluso legales y morales.
Sin embargo, los robots de "interior" o de exterior pero en ámbitos definidos y reducidos, representan en mi opinión la siguiente generación de robots móviles. Disponen de la ventaja de una mayor libertad de diseño y el inconveniente de que la navegación en entornos cerrados presenta otros desafíos (no existe posibilidad de utilizar GPS, ni referencias como la carretera y sus líneas, ni señales, o sería recomendable que no las hubiera). Pero ese es otro tema que abordaremos en otro momento.